Esta entrada es a modo de presentación de una nueva sección del blog. «Autores coetáneos» serán publicaciones mensuales, en las que hablaré sobre el contexto histórico, social y cultural de algunos autores conocidos, relacionándolos entre sí. Me explico: cuando estudiaba literatura y tenía que aprenderme nombres de escritores famosos y sus obras, no era consciente de que esas personas se movían en una sociedad en la que ocurrían muchas más cosas que, a su vez, los influenciaban a ellos y a sus obras. Incluso, no era consciente de que muchos de esos autores que yo me estudiaba de forma aislada, coexistieron durante algunos años, algunos se conocían y otros eran amigos. Y lo mismo ocurre con autores de otras ramas del arte: la pintura, la escultura, la música, etc. Nombres que pertenecen a la cultura general pero que, en ningún momento, se me pasaba por la cabeza que pudieran tener relación alguna. Ni ellos, de manera personal, ni que sus obras fueran comparadas o convivieran durante la misma época.
Lorca y Dalí
Austen y Brönte
Lope de Vega y Cervantes
Bécquer y Rosalía de Castro
Virginia Woolf y Emilia Pardo Bazán
Dante y Don Juan Manuel
Con el tiempo, caí en la cuenta de ese hecho curioso y no podía entender cómo es que no lo había pensado antes. Al haber estudiado autores en asignaturas (o temarios) divididos, nunca me había planteado estudiarlos como un todo. Quizá hubiera sido hasta más fácil comprender los diferentes movimientos culturales que se han ido dando a lo largo de la historia.
Pues bien, de
esta revelación que tuve hace algunas lunas, ha nacido esta sección. Mi
objetivo es dar a conocer parejas de autores, nacionales o internacionales, que
dejaron el legado de sus obras a la vez, o con pocos años de diferencia.
Personalmente, va a ayudarme a aprender mucho, pero si además puede servir para
satisfacer la curiosidad de alguien más, estaré encantada de aportar cada mes
un trocito de esta cuestión tan interesante para mí.
Imogen Edwards-Jones, Las brujas de San Petersburgo (The Witches of St. Petersburg); traducción del inglés realizada por Mercè Diago Esteva, Barcelona, Ediciones B, 2019, (Grandes Novelas), 428 pp., ISBN 978-84-666-6566-7
Imagen: Penguin Random House
Las brujas de San Petersburgo es una novela de Imogen Edwards-Jones, publicada en 2019. Esta escritora y periodista es conocida por su serie de libros Babylon. Otra de sus obras que se han traducido al español es Un hotel en la Toscana (2006). Además, Edwards-Jones tiene una columna en The Telegraph. En este caso, se trata de una novela histórica, con toques de magia y esoterismo. Está basada en la historia de dos princesas de Montenegro, Militza Nikoláyevna y Anastasia Nikoláyevna (personajes reales), que se introducen en la corte de la Rusia imperial para conseguir el poder que desean.
Aquí
tenéis la sinopsis: «Militza y Stana, hijas del empobrecido rey de Montenegro,
se ven forzadas a casarse con dos miembros de la aristocracia rusa para que su
padre logre recuperar parte de su posición. Pero su vida, a pesar del esplendor
de la corte del zar Nicolás, no es fácil. Una de ellas, Militza, parece tener
poderes ocultos y siente fascinación por todo lo relacionado con el esoterismo.
Ante una influenciable zarina Alexandra, que haría cualquier cosa para darle al
país un heredero, las dos hermanas despliegan su relación con el más allá y,
entre sesiones de espiritismo, pócimas engañosas y coqueteos con la magia
negra, logran hacerse con un gran dominio en la corte. Sin embargo, cuando den
con Rasputín, precisamente en la búsqueda de un hombre con poder espiritual,
descubrirán que quizás hayan ido demasiado lejos».
Me
parece una historia bastante buena y con unas trazas históricas muy bien
introducidas. La verdad es que, tal y como dice el título, me ha dado una
visión completamente diferente de los Romanov. Yo tenía la imagen ingenua e
inocente de la película Anastasia y,
después de leer este libro, me han cambiado los esquemas con respecto al zar y
a la corte. Hay que reconocer que es algo lógico: no puedo comparar una
película para niños con una novela histórica. Pero el libro me ha sorprendido y
creo que, en parte, es por mi relación con dicha película. Aporta un retrato de
la familia imperial rusa mucho más realista y coherente con la situación que se
estaba dando en aquella época. La historia está narrada en tercera persona,
pero siempre desde el punto de vista de las protagonistas, Militza y Stana. Si
tuviera que elegir, me quedaría con la primera, ya que me parece el personaje
mejor construido y el más interesante. También ha cumplido mis expectativas con
respecto a la magia: no se trata de conjuros simples e infantiles, sino que la
autora describe magia real, ancestral, de la que procede de la madre naturaleza
y se canaliza. Esa parte me ha encantado, porque trata temas como el esoterismo
y la religión desde un punto de vista objetivo. Se limita a narrar.
El
punto negativo se lo doy a la confusión con los nombres de los personajes.
Obviamente, esto no es culpa de la autora; está basada en personajes reales y
no iba a cambiar los nombres. Pero considero que es difícil distinguir algunos:
el sesenta por cierto de los personajes se llamaban Nicolás. También se
repetían María y Félix, entre otros. Por lo tanto, hay que agradecer que la
edición contenga una lista con todos los personajes al principio del libro.
Recalco lo de «al principio», porque contiene un spoiler… No es que sea algo trascendental para la historia, pero a
ver, sigue siendo un spoiler. Habría
visto más oportuno que la lista se colocara al final, para que, al menos quien
no necesitara consultarla, no se comiera ese adelanto innecesario.
La edición es de tapa dura con sobrecubierta. La imagen que aparece en la cubierta es preciosa, muy acorde con el lujo la corte imperial rusa; esos motivos dorados y plateados, y el palacio de invierno de fondo me han fascinado. En la foto no se aprecia bien, pero podéis ver la foto que he subido a Instagram para comprobar lo bonita que es. Como he dicho más arriba, contiene una lista de personajes. Además de los treinta y cuatro capítulos, tiene un prólogo y un epílogo. Los capítulos son bastante cortitos y muy rápidos de leer.
La publicación de la obra original fue en 2018. Esta es la primera edición en español, llevada a cabo por Ediciones B, sello de Penguin Random House. La traducción está a cargo de Mercè Diago Esteva y he de decir que tiene aspectos positivos y negativos. En general, la traductora ha sabido acertar. En cuanto a lo positivo, el lenguaje soez se ha mantenido y eso, como ya he explicado antes, me encanta, ya que estoy totalmente en contra de la autocensura del traductor. En ningún momento rebaja el tono de los personajes y el texto es fluido. No parecería que estuvieses leyendo una traducción si… no estuviera plagada de adverbios acabados en -mente. Sobre todo «realmente». De verdad, es algo que me molesta mucho, porque el español tiene métodos mejores para traducir dichos adverbios. Un ejemplo de la novela: «Personalmente, no me gusta especialmente […]». ¿En serio? ¿Eran necesarios esos dos adverbios juntos? Comprendo que, durante el proceso de traducción de una obra tan larga, se cuelen este tipo de descuidos, pero creo se puede solucionar de manera fácil, a golpe de corrector.
A
pesar del detalle que no me ha gustado, recomiendo el libro por la calidad del
argumento y lo que engancha. Además, el orden narrativo es original, ya que no
es lineal: la historia parte de un punto al que la autora no vuelve hasta que
faltan unas cien páginas para el final. Espero que, si lo leéis, os guste tanto
como a mí.
James Salter, Todo lo que hay (All that is); traducción del inglés realizada por Eduardo Jordá, Barcelona, Círculo de lectores, 2014, 379 pp., ISBN 978-84-672-6143-1
Imagen: Ediciones Salamandra
Todo lo que hay es una novela de
James Salter (1925-2015, Nueva York), publicada en el año 2013. Se trata del
último libro del autor antes de que falleciera y publicado más de treinta años
después de su obra anterior. James Salter realizó una carrera militar, hasta
que en 1957 la abandonó tras publicar su primera novela: The Hunters (Pilotos de caza).
Otras obras reconocidas de Salter son: En
solitario, Juego y distracción y Años luz. En 2014, fue nominado al
premio Príncipe de Asturias. Yo diría que el tema de este libro es sociológico,
ya que durante toda la novela vemos cómo el protagonista va tejiendo diferentes
tipos de relaciones con la gente, cómo se involucra en ellas dependiendo de su
situación y cómo sobrevive dentro del contexto social en el que se mueve.
Os
comparto la sinopsis: «Al término de la Segunda Guerra Mundial, empieza en
Nueva York una época marcada por el optimismo, la bonanza y el auge del negocio
cultural. Philip Bowman, recién llegado a la Gran Manzana tras su regreso de
Okinawa, no tardará en acostumbrarse a la intensa vida social que le procura su
trabajo como editor. Inmerso en la búsqueda de un amor duradero en un mundo
donde abundan los placeres efímeros, Bowman verá como los años pasan y dejan
tras de sí un amargo balance de relaciones truncadas, pero también la sensación
de que la felicidad está a la vuelta de la esquina».
He
de decir que me ha costado trabajo terminarlo. Al leer la sinopsis me esperaba
algo más ameno, pero me he encontrado con una historia que no traspasa el papel.
La narrativa del escritor es buena, pero el argumento y los personajes son
completamente planos. En ningún momento, durante la lectura, he descifrado qué
es lo que quería contar, o a dónde quería dirigirse Salter con esta historia.
He llegado a la conclusión de que yo no comprendo el tipo de literatura de este
autor, quizá por desconocimiento total del género de novela norteamericana
contemporánea al que pertenece. Para hacer la reseña, he investigado un poco
sobre dicho género y la verdad es que Todo
lo que hay comparte algunos de los rasgos principales, como el tema de la
guerra, la línea temporal desordenada y una visión del amor que solo demuestra
la soledad del ser humano. Todo eso se refleja perfectamente en este libro. Además,
como me sentía algo insegura después de la opinión que me había creado de la
obra, he buscado otras reseñas para ver si había puntos de vista parecidos al
mío. Y tengo que señalar que, muchas de las que he leído, reflejan lo mismo. Incluso,
lectores asiduos de Salter afirman que es su obra más pobre. Para mí, es una
historia repetitiva, con diálogos vacíos en los que se cambia de escena de
imprevisto. En relación a esos diálogos, también tengo que decir que los
personajes parecen robots al hablar: fríos y demasiado directos; el autor no
indica si sonríen, si están utilizando el sarcasmo, si están enfadados… Nada. No
conseguía imaginarme la conversación de manera amena. Por otra parte, me ha
gustado mucho que parte de la trama gire en torno al mundo editorial. El
protagonista es editor y los personajes, y el ambiente en el que se relacionan,
están ligados a ese mundo también. Se hace referencia a algunos libros y
autores y me parece muy interesante que aparezca reflejada cómo es la relación
editor-autor detrás del telón.
En español constan dos ediciones de esta obra, las dos del año 2014: una de la editorial Salamandra y otra de Círculo de Lectores. La edición que yo tengo es la segunda. Lo que cambia es la cubierta: la imagen que aparece en esta entrada es la que publicó Salamandra; la cubierta de la edición de Círculo de Lectores podéis verla en mi cuenta de Instagram (https://www.instagram.com/triskeldelibros/). Es de tapa dura, con sobrecubierta. El libro está dividido en treinta y un capítulos y un índice, que aparece al final. Siempre agradezco que aparezca el índice, pero es una manía personal. Los capítulos son cortitos y se leen super rápido. Sin embargo, al igual que ocurre con los diálogos, están mezclados sin coherencia. Por ejemplo, hay tres capítulos que te están contando algo de Bowman, y luego, de repente, uno que te habla de dónde vive Eddins. No comprendo este desorden.
Las
traducciones de las dos ediciones son de Eduardo Jordá. Este escritor y
traductor es autor de novelas y ensayos, algunos de los cuales son: Canciones gitanas (2000); Norte Grande: viaje por el desierto (2002); y Playa de los Alemanes (2006). Además de la
obra que comentamos aquí, ha traducido en torno a veintitrés libros, entre los
que se encuentran: El cielo de septiembre
(Pere Joan, 1987); La luna del reno
(Elizabeth Marshall Thomas, 1988); El
prestamista (Edward Lewis Wallant, 2013); El mar (Blai Bonet, 2016); y Departamento
de especulaciones (Jenny Offill, 2016). En cuanto a la traducción que nos
interesa hoy, considero que Jordá ha hecho un buen trabajo. La narrativa del
original es bastante complicada, se caracteriza por frases cortas y por un
orden sintáctico alterado. Quizá en la traducción esta complejidad se ha
simplificado un poco, haciendo más ágil la lectura, pero con un matiz apenas
perceptible. Por lo demás, se ha mantenido fiel a esos diálogos fríos y
estáticos, así como al lenguaje soez que utilizan los personajes. Esto último
es un punto positivo, puesto que a veces el traductor suaviza (consciente o
inconscientemente) el vocabulario grosero, rebajando el tono y subiendo el
registro de los personajes.
Como
conclusión, la novela no me ha gustado; no me ha aportado nada. No sé si
llegaré a darle otra oportunidad a este escritor. Pero, para no dejar un mal
sabor de boca, me quedo con el epígrafe que aparece al inicio de la obra:
«Llega un día en que adviertes que todo es un sueño, que sólo las cosas
conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales».
Lucinda Riley, El secreto de la orquídea (Hothouse flower); traducción del inglés realizada por Patricia Orts, Barcelona, Debolsillo, 2015, (Bestseller), 575, ISBN 978-84-9062-519-4
Imagen: Casa del Libro
El secreto de la orquídea fue publicada en
2010, por Peguin Books, en Reino Unido. Su autora, Lucinda Riley, es irlandesa
y, antes de dedicarse a la escritura, fue actriz de televisión y teatro. Escribió
su primera obra a los 24 años, pero el éxito le llegó con la novela de la que
hablamos aquí. Actualmente está escribiendo una nueva saga, Las siete hermanas, de la cual ya están
publicados los cuatro primeros libros: Las
siete hermanas, La hermana tormenta, La hermana sombra y La
hermana perla.El secreto de la orquídea ha sido
traducida a treinta y cuatro idiomas y es un bestseller internacional. El tema central de esta novela de ficción es el amor, aunque contiene detalles
de historia que ayudan a contextualizar mucho mejor el argumento. No la
clasificaría dentro de la novela histórica, pero casi.
Antes
de llegar a mi opinión, os dejo la sinopsis: «Tras una leyenda tailandesa, la
acuarela de una exquisita orquídea y un diario olvidado se esconde la verdad
que redimirá a tres generaciones de personajes inolvidables. De niña, Julia
Forrester pasaba horas en el invernadero de Wharton Park haciendo compañía a su
abuelo, el jardinero de la hermosa mansión aristocrática. Años después, tras
perder lo que más sentido daba a su vida, Julia busca consuelo en ese escenario
que marcó su infancia. Pero Wharton Park es una sombra de sus días pasados y
Kit Crawford, el último heredero de una gran familia, se ve obligado a ponerla
en venta. Entre los objetos subastados se encuentra la acuarela de una rara
orquídea, procedente de Tailandia, que pronto despertará en ella recuerdos
enterrados. Poco después, un sorprendente hallazgo en las dependencias de los
criados suscita nuevas preguntas que solo su abuela, antigua doncella de la
finca, podrá responder».
Para
mí, ha sido un placer leerla. Con sus casi 600 páginas, la terminé en dos días;
no podía parar de leer. Es una novela que engancha, emotiva y, en ocasiones,
enternecedora. Se trata de una saga familiar que, junto con la historia de
amor, transmite también el sufrimiento de la Segunda Guerra Mundial
(concretamente la ocupación japonesa de Tailandia), tanto para los soldados
como para las familias que los veían marchar. También muestra el importante
papel que desempeñó la mujer en la guerra, algo de lo que se habla pocas veces.
El argumento se compone de dos hilos temporales distintos: dos generaciones de
una misma familia. Reconozco que me olía el pastel antes de llegar a la mitad. Quizá
sea porque el final es predecible, o porque he visto demasiadas telenovelas y ahora
soy mucho más eficaz adivinando el embrollo a la primera. Aun así, ha merecido
la pena. La historia está contada de manera precisa y sencilla; a pesar de mezclar
el pasado y el presente, está muy bien hilado y evita que te formes un jaleo de
nombres y personajes. Además, el ambiente en el que se desarrolla, traspasa las
páginas: la sociedad inglesa a finales de los años treinta y principios de los cuarenta; las presentaciones
en sociedad; la presuntuosidad de la clase alta, todavía muy presente; los
dilemas morales de la mujeres que se debatían entre su libertad y el deber de
encontrar y servir a un marido… Finalmente, tengo que destacar el personaje de
Elsie, la abuela de la protagonista. De todas las personas que aparecen en el
libro, Elsie es mi favorita: una mujer fuerte, luchadora, trabajadora y
valiente.
La edición
de bolsillo es impecable, a pesar de su bajo precio. La cubierta es muy bonita,
de tapa blanda pero resistente. En cuanto a la estructura interna, se compone
de sesenta capítulos, el prólogo y el epílogo. Se divide en dos partes:
invierno y verano. Durante el desarrollo de la historia, se mezclan dos
narradores, Julia en primera persona que transmite sus pensamientos, a modo de monólogo
interno; y un narrador omnisciente en tercera persona que va narrando todos los
hechos. En la mayor parte del libro, este narrador omnisciente es,
teóricamente, Elsie mientras cuenta una historia del pasado.
Existen
tres ediciones en español: la primera es de 2011, por Plaza y Janés; la segunda,
del año 2012 por Debolsillo; y la tercera, en 2015 por la misma editorial que
la anterior. En enero de 2019, salió otra edición con cubierta nueva, que es la
que yo tengo, a un precio muy asequible. En todas las ediciones, la traducción
ha sido siempre realizada por Patricia Orts. Esta traductora es bastante
conocida dentro de la novela romántica contemporánea. Ha traducido en torno a setenta
obras, entre novelas y ensayos. Se licenció en Derecho y comenzó a trabajar
para el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde empezó a relacionarse con el
mundo de la interpretación y la traducción. Estudió Filología Hispánica y
comenzó a trabajar para algunas editoriales traduciendo por encargo. Es
traductora jurada de italiano, pero también trabaja con el inglés y el francés.
Como he dicho más arriba, es muy conocida ya que ha traducido varias obras de
Federico Moccià, como Tres metros sobre
el cielo (2009), Perdona pero quiero
casarme contigo (2011), o Carolina se
enamora (2011). Algunos títulos de otros autores son: Muerte en Florencia (Marco Vichi, 2011); Pabellón 11: el niño nazi (Piero Degli Antoni, 2012); o Si escucharas mi corazón (Sara Rattaro,
2013). En cuanto a la traducción de El
secreto de la orquídea, que es lo que nos interesa aquí, tengo que destacar
cómo ha mantenido el registro distinto de cada personaje. En el original, se
nota la diferencia de uso del lenguaje que hace cada uno según su clase social,
así como el inglés directo y poco fluido de los nativos tailandeses. Pues esa
característica se ha trasladado también a la versión en español. Patricia Orts
ha marcado los rasgos lingüísticos de los personajes, sin llegar a
ridiculizarlos o hacer una caricatura vulgar y de mal gusto de la clase social a
la que pertenecen. Es necesario valorar el buen trabajo que ha hecho aquí Orts,
puesto que, en el mundo de la traducción literaria, es muy fácil caer en lo
políticamente incorrecto, en lo que a los registros lingüísticos se refiere.
Jennifer Niven, Violet & Finch (All the bright places); traducción del inglés realizada por Isabel Murillo, Barcelona, Destino, (Narrativa juvenil), 2015, 398 pp., ISBN 978-84-08-14142-6
Imagen: Planeta de libros
«Una
historia que lo remueve todo, que te toca de una manera muy profunda… Y se
queda en tu corazón para siempre»; esta frase, sacada de una opinión en Goodreads,
es la que aparece en la portada de Violet
& Finch, y no le falta razón. La novela está escrita por Jennifer Niven
y fue publicada en 2015, por el sello editorial Destino. Está traducida por
Isabel Murillo. La autora tiene otra obra en el mercado, también gracias a
Destino, en su colección Crossbooks: Aquí
empieza todo. Dicha obra se publicó en 2016 y está traducida por Alonso
Mendoza. Jennifer Niven escribe tanto ensayo, como novela y esta es su primera
novela juvenil. Tal y como se indica en una de las solapas del libro, a partir
de esta novela creo Germ, una revista
online inspirada en la que crea la protagonista, donde los jóvenes pueden
escribir y celebrar todos sus momentos (los buenos y los no tan buenos), el
futuro y los nuevos comienzos. La novela no tiene un tema principal; desde mi
punto de vista, mezcla el suicidio, los trastornos mentales, el amor, el
bullying y el sentido de la vida.
En
cuanto al argumento, copio directamente la sinopsis porque creo que no podría
resumirlo mejor: «Violet está rota. Finch está roto. ¿Pueden dos mitades rotas
reconstruirse? Esta es la historia de una chica que aprende a vivir de
un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar
los días para empezar a vivirlos».
Después
de terminar de leerlo, he tenido que pensar un buen rato sobre lo que me ha
parecido y cómo expresarlo para hacer la reseña. A pesar de la sinopsis, me
esperaba la típica historia de amor adolescente que, tras una serie de
catastróficas desdichas, acaban felices y contentos. Sin embargo, me he
encontrado con una auténtica joya que entremezcla trastornos mentales, la
superación de la muerte de alguien cercano, las máscaras y etiquetas que impone
la sociedad y una historia de amor pura, sana y preciosa. Habla del suicidio,
un tema complicado y que tenemos casi estigmatizado, explicándolo desde dentro,
intentando analizar la mente del protagonista. Jennifer Niven lo cuenta de tal
manera que el lector empatiza y lo comprende a la perfección. Como se puede
intuir, a mí el libro me ha gustado mucho, a diferencia de más de la mitad de
personas que lo han leído y han acabado «decepcionadas». Y con esto voy a dar
mi opinión con la que seguramente haya poca gente, aficionada a este género, de
acuerdo conmigo. Pero me da igual.
También debo avisar de que, para dar mi opinión aquí, debo incluir algunos
spoilers de la novela.
Llevo
meses viendo en las redes sociales el eterno debate sobre si la novela
romántica debe tener un final feliz para considerarla como tal. Y de verdad que
no consigo entender dónde ve la gente la duda o el problema. Si una novela no
acaba con los protagonistas hiper enamorados y felices, ¿no se considera dentro
del género de novela romántica? ¿A pesar de que TODA la obra gire en torno a su
relación? Sinceramente, me parece un argumento absurdo e infantil. Esta novela
nos cuenta la historia de amor entre los dos protagonistas, pero,
desgraciadamente, por distintas circunstancias no terminan juntos. Es triste,
sí, pero como la vida misma. Resulta que si tenemos una relación amorosa con
otra persona y no acaba bien, entonces no ha sido una relación amorosa, ¿no?
Esto lo explica muy bien la escritora Abril Camino en su blog (aquí dejo el
enlace, por si os interesa echarle un vistazo https://www.abrilcamino.com/2016/03/que-es-una-novela-romantica-el-final-feliz.html) y estoy de
acuerdo con ella. A partir de leer su entrada, intenté buscar las características
de la novela romántica, porque yo podría estar equivocada sobre qué se incluía
dentro del género y qué no. Sin embargo, no he encontrado en ningún sitio que la
regla inquebrantable sea que tengan un final feliz. Y si así fuera, repito: me seguiría
pareciendo una regla muy tonta. No pasa nada si cuando cerramos el libro nos
quedamos con mal sabor de boca, la literatura está para remover los
sentimientos, los buenos y los malos, porque estos últimos, nos guste o no,
también son sentimientos.
Con
relación al formato del libro, la cubierta podría considerarse minimalista,
pero muy bonita. Es de tapa blanda con solapas, no tiene índice y la historia
se desarrolla en capítulos alternos entre Violet y Finch. Cada uno narra en
primera persona, con unos monólogos interiores muy intensos, y está bastante
bien hilado. No es que cuenten lo mismo desde diferentes puntos de vista, sino
que continúan narrando por donde se quedó el otro, de manera sucesiva. La única
excepción son los capítulos de final (que corresponden, más o menos, a las
setenta últimas páginas), en los que la única narradora es Violet. Los
capítulos son bastante cortitos, por lo que la lectura es muy ágil y avanzas
sin darte cuenta. Es un libro que, si no fuera por el gran peso emocional que
tiene, se leería relativamente rápido y de manera fluida.
La primera
edición es de 2015, publicada, como dije en la introducción, por Destino. Existe
otra edición, cedida a Círculo de lectores, también de ese año. La traductora,
Isabel Murillo, lleva veinte años traduciendo libros y afirma tener alrededor
de 200 obras. Traduce del inglés y del francés. Alfaguara, Suma de Letras,
Aguilar, La Esfera de los Libros, Gestion 2000, Destino, Noguer, Grup 62, RBA,
Salamandra, Los Libros del Lince, Urano, Ediciones B o Espasa son algunas de
las editoriales para las que ha trabajado a lo largo de su carrera. Sus especialidades
son: literatura, ensayo, marketing y autoayuda. Como se puede observar, han
decidido no traducir el título original (All
the bright places) y poner directamente los nombres de los protagonistas.
Bueno, no me parece mal del todo, pero no le veo sentido. Quizá por marketing,
al ser un título corto y directo, es más viable. Pero pienso que el titulo en
inglés es mucho más poético y transmite mejor el sentido de la novela. De la
traducción no tengo queja; Isabel ha creado un texto fresco, actual y ha
conseguido transmitir el toque juvenil de la novela, con un lenguaje y un
registro muy apropiado. También me gustan las notas que ha dejado a pie de
página para aclarar ciertos términos. No soy fan de llenar un libro de notas,
pero de vez en cuando se agradecen las aclaraciones.
En
resumen, pienso que ponerle límites a la novela romántica es ponernos límites a
nosotros mismos y a nuestros sentimientos. No sé a vosotros, pero a mí de vez
en cuando me apetece leer cosas diferentes y originales y, si eso incluye un
par de lagrimillas, pues bienvenidas sean. Recomiendo el libro sin dudarlo, te
lleva a la mente del protagonista y, a la vez, consigue hurgar un poquito
dentro de nosotros mismos.
Stefan Zweig, Américo Vespucio, la historia de un error histórico (Die Geschichte eines historischen Irrtums); traducción del alemán realizada por Úrsula Barta, Roma, Greenbooks editore, 2016, 144, ISBN 978-88-99637-45-3
Imagen: Amazon
Américo Vespucio, la historia de un
error histórico fue escrita por Stefan Zweig (Austria, 1881-Brasil, 1942)
y se publicó en 1931. Este escritor y biógrafo judío también fue un importante
activista en contra de la intervención alemana durante la Primera Guerra
Mundial. Siempre fue un amante de viajar por el mundo y conocer nuevas culturas.
Se enfrentó abiertamente al conflicto bélico y al nacionalismo; con la
extensión del dominio nazi, sus libros fueron prohibidos en Alemania en 1936.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a Reino Unido,
donde obtuvo la doble nacionalidad. En 1941, se mudó a Brasil, donde pasó el
resto de su vida. Además del ensayo
biográfico que analizamos aquí, el autor es conocido por haber escrito muchas
obras del mismo estilo, sobre otros personajes históricos. Su característica
principal es que escribe las biografías en un tono novelado y cronológicamente,
facilitando así al lector el seguimiento del hilo de la obra. Otras de sus biografías
más importantes son la de María Estuardo (1934), personaje tan famoso en estos
días gracias a su reciente película, y la de María Antonieta (1932).
En
el caso de la obra sobre Américo Vespucio, el tema es bastante claro: además de
narrar su vida, se encarga de destapar los errores que se han ido produciendo,
a lo largo de la historia, acerca de este personaje. En el libro, Zweig aporta
las visiones positivas y negativas que se han tenido de Américo Vespucio. Reúne
y unifica toda la información que existe sobre su vida; especialmente, sobre cómo
llegó su nombre a ser utilizado para nombrar a todo un nuevo continente,
pasando a ser reconocido por toda la humanidad durante casi cinco siglos, hasta
día de hoy.
En
cuanto a mi opinión personal, he de reconocer que nunca había leído una
biografía. Le tenía bastante respeto porque no sabía lo que me iba a encontrar
y por miedo a que leer una serie de hechos, uno detrás de otro, llegara a
aburrirme. Sin embargo, me ha sorprendido gratamente. En lo que respecta al
estilo de Zweig y, en concreto, a esta obra, ha sido muy ameno y rápido de
leer. Resulta que no se trata solamente de una exposición constante de fechas y
hechos históricos. El autor cuenta la vida de Américo Vespucio, sí, y lo hace
de manera cronológica, muy bien desarrollada y coherentemente. Pero, además,
introduce numerosos detalles sobre Cristóbal Colón, sus descubrimientos y el final
de su vida. Narra su relación, destapa mentiras sobre ambos personajes y revela
detalles que no se conocen en la cultura popular, ni en la historia que nos
cuentan sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo. Introduce muchas fechas y
nombres distintos, pero consigue que el lector no se haga un lío, puesto que
siempre explica o aporta alguna aclaración sobre quién era quién o quién hizo
qué. Desde mi punto de vista, se trata de un ensayo fundamental para conocer lo
que pasó en realidad o, al menos, para conocer todas las versiones y opiniones
al respecto. Porque, tal y como afirma el propio autor, a día de hoy no se
conoce con exactitud lo que ocurrió con Colón, Américo y el descubrimiento del
nuevo continente.
La
versión que he leído es en formato Kindle,
publicado por Greenbooks Editore (aunque lo ofrecen muchas más editoriales
especializadas en libros electrónicos) y vendido por Amazon. El libro está
creado por la editorial de autopublicación Simplicissimus Books Farm y tiene un
ISBN, pero no está registrado en el Banco de Datos Nacional (algo bastante
raro), por lo que ha sido complicado recabar información sobre la editorial y
la traducción. Esta editorial italiana se dedica a crear libros electrónicos de
obras y autores conocidos. Realizan ediciones sencillas, como esta que analizamos
aquí, pero bastante aceptables. En este caso, encontré un par de erratas sin
importancia (alguna que otra -s perdida del plural) y se nota que estaba muy
bien revisada. El único fallo es que no proporciona el nombre del traductor,
algo que, para este blog, constituye un punto muy muy en contra. La portada,
como se ve, es coherente con la historia que cuenta: aparecen el mapa de América
y algunos elementos de medición. El libro tiene un índice, situado al
principio, en el que se facilitan los enlaces a cada uno de los 6 capítulos que
lo conforman, junto con una leve introducción del autor y el personaje en
cuestión.
La
edición es de 2016, pero la traducción es de 2010, realizada por Úrsula Barta.
Como sabemos, la lengua está viva y las traducciones se quedan obsoletas, en algunos
casos, bastante rápido. Sin embargo, a pesar de tener casi diez años, esta no
suena anticuada, ni contiene palabras o construcciones extrañas respecto al
español actual. La traducción está muy bien, puesto que se lee de manera fluida
y la traductora ha sabido mantener el estilo del autor: datos concretos expuestos
de manera novelada. Como he dicho más arriba, el nombre de la traductora no
aparece por ningún sitio y he tenido que investigar bastante para dar con ella.
Por lo que he podido averiguar, es profesora de filología alemana. Úrsula Barta
tiene pocos títulos traducidos, este el más conocido. Otras de sus obras
registradas son: un diccionario español-alemán, en formato de bolsillo (2014); El beso del olvido (2014); y otro diccionario,
para Schultz, de español-alemán (2002).
Sin
duda, a partir de ahora me decantaré más a menudo por este género literario. Ha
desaparecido la concepción que tenía de tedioso y complicado y, además, me ha
permitido conocer detalles de la historia por los que quizá nunca me habría
interesado. Tampoco tengo dudas de que repetiré con alguna biografía de este
autor que, habiendo quedado encantada con otra obra suya (Novela de ajedrez, 1941), ha seguido subiendo escalones en mi lista
de imprescindibles.
Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray (The Picture of Dorian Gray); traducción del inglés realizada por Benjamin Briggent, Barcelona, Plutón, 2010, (Eterna), 285 pp., 978-84-15089-16-2
Imagen: Plutón Ediciones
El retrato de Dorian Gray se publicó en
1890 y es la única obra en forma de novela que escribió Oscar Wilde. Fue un
libro controvertido y una auténtica provocación en su época. Oscar Wilde (Dublín,
1854-París, 1900) escribió novela, poesía y teatro; sin embargo, destaca
sobre todo como dramaturgo. Es un conocido representante del esteticismo y de
la doctrina del arte por el arte. Siempre fue muy crítico con la moral de su
tiempo; tanto la temática de sus obras como su supuesta homosexualidad lo
mantuvieron siempre en el punto de mira. Incluso, en 1895, fue condenado a
trabajos forzados por conducta indebida y sodomía. Durante su estancia en la
cárcel, su esposa cambió su apellido y el de sus hijos, cortando toda relación
con Wilde, pero nunca llegaron a divorciarse. Así pues, los descendientes vivos
del autor no lo llevan reflejado en su nombre. Otras de las obras más conocidas
de Wilde son El fantasma de Canterville (1887)
y La importancia de llamarseErnesto (1895), cuya traducción del
título al español sigue siendo polémica a día de hoy. En El retrato de Dorian Gray se puede observar una crítica clara a la
sociedad inglesa del momento, pero, sin duda, lo más importante es cómo el
autor desarrolla el tema del narcisismo y el hedonismo, el placer como
fundamento de la vida.
La novela tiene lugar en la Inglaterra de finales del siglo XIX. Nos cuenta como el pintor Basil Hallward se obsesiona con la belleza del joven protagonista, Dorian Gray, y lo idealiza hasta tal punto que se convierte en la inspiración de su arte. Decide pintar su retrato y, cuando lo acaba, Dorian queda extasiado por la hermosura del mismo, dándose cuenta de su propia belleza. A causa de la influencia de lord Henry, un amigo en común que tiene con el pintor, se obsesiona y comienza a sentir celos porque él envejecerá mientras que el retrato permanecerá impasible, joven y bello con el paso del tiempo. Así, por culpa de una especie de plegaria inconsciente, el retrato se convierte en el reflejo de su alma. El cuadro comienza a revelar las marcas del envejecimiento y de las malas acciones de Dorian, mientras que él conserva siempre la misma apariencia y juventud que cuando Basil lo pintó.
Como
he comentado más arriba, el autor utiliza los diálogos de sus personajes para
criticar sin ningún reparo la política, las costumbres y la falsedad de su
época. También es un análisis agudo del narcisismo en la personalidad de
Dorian, al que solo le importa su bienestar y no se lo piensa dos veces a la
hora de utilizar su belleza para su propio beneficio. Creo que estos
ingredientes la convierten en una novela excelente e ingeniosa. Por otro lado,
es necesario hacer una mención especial a lord Henry Wotton, que se ha
convertido, sin duda, en uno de mis personajes favoritos. En sus intervenciones
durante la novela, aporta grandes lecciones sobre la belleza y el arte, llevando
la filosofía del hedonismo por bandera y siempre ético y fiel a sus principios
(aunque estos no sean precisamente buenos). Una de sus mejores frases: «La
humanidad se toma a sí misma demasiado en serio y éste es el pecado original
del mundo. Si el hombre de las cavernas hubiera sabido reír, la Historia habría
sido muy diferente». Para mí, lord Henry es el personaje que está mejor construido,
por encima incluso del protagonista. Otro rasgo que hay que destacar es la
relación entre Basil y Dorian Gray. Durante el libro se habla de la «idolatría»
que siente el pintor hacia el protagonista, sin embargo, lo que se da a
entender es amor, llegando a rozar la obsesión. Cuando Oscar Wilde fue juzgado,
se leyeron, a modo de acusación, pasajes de esta obra que contenían diálogos
entre Basil y Dorian.
En
cuanto a la edición en concreto, es del año 2010, pero se trata de una
reimpresión realizada en 2015. Pertenece a la serie Eterna, de Plutón, por lo que la cubierta sigue la misma línea que
todas las obras de esta colección: un color sobrio, junto con la imagen del
protagonista mirando su retrato. En lo que se refiere a la estructura, el
índice está al final y se compone de veinte capítulos. Están muy bien
relacionados, aunque algunos tienen un ritmo de narración demasiado lento y pesado.
En España se han publicado 152 ediciones de la obra; la primera, en 1918. La que estamos analizando aquí está traducida por Benjamin Briggent, traductor del que ya hemos hablado en otra ocasión, en la reseña de El caso de Charles Dexter Ward. Es un traductor habitual en Plutón Ediciones, tanto de novelas de terror como de clásicos de la literatura. No obstante, en esta ocasión hay que señalar que el resultado no es el que esperaba. La traducción es pasable, pero el estilo es pésimo. Para mí ha sido un poco confuso, porque he leído otras obras traducidas por Briggent, incluso de la misma editorial, y jamás he notado algo así. En mi opinión, es el resultado de la falta de una revisión final que corrigiera y puliera la expresión y el estilo. Hay errores importantes de redacción, además de un número considerable de erratas. Se hace un uso extraño de la sintaxis durante los diálogos de los personajes, pero que se disimula en las partes del narrador, que tiene mayor fluidez. También se mezclan mucho los tratamientos de la segunda persona: un mismo personaje puede tutear a otro y, en la misma frase, hablarle de usted. Comprendo que adaptar el inglés de la época victoriana, mucho más pomposo que el actual, a un español semejante no debe ser fácil, pero eso no debe tomarse como excusa para la gran cantidad de calcos que contiene el libro: uso abusivo de los adverbios acabados en -mente, repeticiones infinitas de los pronombres personales, el orden extraño dentro de las frases, etc. Como conclusión, la edición está bastante descuidada. Obviando este punto negativo, la novela es estupenda y animo a la editorial a sacar una reedición donde estén corregidos esos pequeños fallos, que a veces resultan tan molestos.
Cameron Stracher, Las guerras del agua (The water wars); traducción del inglés realizada por Gema Moraleda, Madrid, Nocturna, 2014, 266 pp., ISBN 978-84-939750-4-3
Imagen: Nocturna Ediciones
Las guerras del agua se publicó en
2011, en Estados Unidos. Llegó a España tres años después, de la mano de
Nocturna Ediciones. Es la única novela juvenil de Cameron Stracher que, además
de escribir, ejerce de abogado y es profesor en la Escuela de Derecho de Nueva
York. Este autor tiene otras obras como The
Laws of Return (1996), Double Billig (1998),
Dinner with Dad (2007) o, la única de
estas traducida al español, Reyes del
asfalto (2013). El tema central de la novela es claro: la escasez de agua
como horrible consecuencia del cambio climático. A partir de este tema, se
desarrollan (y dejan bastante de lado al primero) otros como el poder de la
amistad o la valentía.
La
novela es una distopía que se desarrolla en un mundo donde impera la sequía;
las reservas de agua del planeta están prácticamente agotadas y ahora quien
tiene el agua tiene el poder. Así, se describen paisajes áridos y polvorientos,
una tierra en la que hay que pagar precios elevados para obtener agua y en la
que se imponen multas severas por malgastarla. Los protagonistas son la
narradora, Vera, y su hermano, Will. Un día conocen a Kai, un chico que afirma
tener mucha agua, incluso se puede permitir malgastarla. Días después, Kai
desaparece y Vera y Will deciden ir a buscarlo. A partir de aquí, la historia
se centra de manera casi exclusiva en el viaje que emprenden los dos hermanos y
en los obstáculos que se encuentran para salvar a su amigo.
Desde
mi punto de vista, la novela trata un buen tema, pero aparece mal explotado. Me
parece bien que se incluyan tramas paralelas en las historias, que le aporten
chispa al nudo central, pero lo que no veo del todo lógico es que el tema
principal quede relegado a un segundo plano prácticamente en el tercer
capítulo. Es decir, la sinopsis del libro te vende un argumento que no es del todo
cierto. He de decir que me decepcionó un poco. La novela es entretenida y se
lee muy rápido; es una lectura fresca y bastante amena. Sin embargo, el autor
podría haberle dado más importancia al asunto de la sequía, sus causas y
consecuencias. Se limita a describir la situación de manera superflua. Es una
cuestión interesante y con una gran posibilidad de recursos con los que desarrollar
ideas y tramas más ocurrentes que las aventuras de tres adolescentes en apuros.
En cuanto a los personajes, apenas se describen y son bastante planos. El autor
pone más atención al desarrollo de la historia y se olvida, quizá, de darnos
algún que otro detalle que explique cómo son sus protagonistas y nos permita
crear algún tipo de vínculo con ellos. Esto, junto con su corta extensión, ha
hecho que Las guerras del agua hayan
pasado por mis manos sin pena ni gloria. Por otro lado, hay que señalar que gracias
a su narración simple y al estilo sencillo, es una novela que se podría
recomendar a un público joven, quizá entre los doce y los dieciséis años. Se
entiende fácil y se lee rápido; dos características fundamentales para las
lecturas de esa edad y que, además, podría funcionar como reclamo para que
conocieran un poco más sobre los problemas del cambio climático.
Con
respecto a la estética, hay que destacar que la cubierta es preciosa; el
contraste entre las gotas de agua y la frase de cabecera «Te morirás de sed» es
muy ingenioso. La edición es en tapa blanda con solapas y, en cuanto a la
estructura, no contiene índice y su única división son los veintidós capítulos
que la componen. Son capítulos cortos y relacionados de manera coherente. Además,
tiene un punto a favor que me hace olvidar todos los defectos que pueda tener
la trama: el nombre de la traductora aparece en la cubierta. Con una tipografía
levemente más pequeña, sí. Pero aparece. Y es algo que se le debe agradecer a
la editorial Nocturna, porque no todas le dan al traductor la importancia que
se merece. La encargada de traducir la novela en su primera y única edición ha
sido Gema Moraleda. Esta editora, traductora y correctora, traduce del inglés,
del francés y del italiano al español y al catalán. Otras de sus traducciones
son El legado de los Grimm (Polly
Shulman, 2012), Júlia i la casa de les
criatures perdudes (Ben Hatke, 2016) o Dormir,
el mito de las 8 horas (Nick Littlehales, 2017). Su labor en Las guerras del agua ha sido correcta y
pulcra. A pesar de que la narradora no utiliza un registro elevado ni un estilo
complejo, sí que se trata de un lenguaje con un número considerable de
metáforas y adjetivos comparativos, rasgos que en español resultan pesados. Sin
embargo, Gema Moraleda ha podido crear un texto ligero sin perder la esencia
del original, ya que consigue transmitir al lector de su traducción las mismas
imágenes que el texto en inglés. Un ejemplo de lo anterior: «En el exterior, el
viento aullaba como si estuviera herido; en el interior, se nos escamaba la
piel y los ojos nos escocían. Nuestras lenguas eran como gruesas serpientes
dormidas en oscuras grutas».
A
modo de conclusión (o, mejor dicho, moraleja), me gustaría señalar que aunque
la novela no aprovecha el tema del cambio climático como me gustaría, sí que
cumple su función de recordarnos a todos que solo tenemos un planeta. Si no
reaccionamos a tiempo, Las guerras del
agua dejará de ser una novela distópica para ser una novela realista. Los
recursos que tenemos no son infinitos y los estamos agotando. Por desgracia, el
agua es nuestro bien más preciado y parece que no nos damos cuenta de que sin
ella no sobreviviremos. Cito a Barack Obama: «Somos la primera generación que
siente el impacto del cambio climático y la última generación que puede hacer
algo al respecto».
Muriel Barbery, La elegancia del erizo (L´élegance du hérisson); traducción del francés realizada por Isabel González-Gallarza, Barcelona, Círculo de lectores por cortesía de Seix Barral, 2007, 356 pp., ISBN 978-84-672-2855-7
Imagen: Planeta de libros
La elegancia del
erizo es la segunda obra escrita por Muriel
Barbery, autora además de Unagolosina (2000) y La vida de los elfos (2015). Gracias a esta novela, Muriel Barbery
alcanzó el éxito literario, pues se vendieron treinta ediciones e incluso se
adaptó al cine en el año 2008 bajo el título El erizo. Esta escritora francesa es también profesora de
filosofía, hecho que se refleja de manera muy representativa en su novela.
Podría decirse que los temas principales del libro son dos: por un lado, la
hipocresía de una sociedad superficial, que solo se preocupa por las
apariencias y llena su vida de asuntos superfluos para evitar la realidad; por
otro, una innegable lección de filosofía existencial que la autora introduce
mediante los monólogos de las protagonistas y que te hace reflexionar sobre el
sentido de la vida y cómo vivirla.
En cuanto al argumento de la novela, se trata de una
historia contada entre dos personajes que viven en un mismo edificio, habitado
por gente rica. Uno de esos personajes es la señora Michel, la portera, que se
esfuerza por mantener su apariencia de mujer simple e inculta de cara a los
demás, pero en realidad lee filosofía, disfruta de la música y el cine clásicos
y adora tomar el té con su única amiga, Manuela, la limpiadora del edificio.
Por otro lado está Paloma, la segunda narradora. Es una niña de 11 años que le
esconde a su familia que es superdotada. Analiza de manera despectiva a casi
todo el mundo que la rodea porque piensa que viven la vida de manera falsa y
superficial. Para evitar llegar a vivir de la misma forma, decide suicidarse y
prender fuego a su casa cuando cumpla trece años. Mientras tanto, escribe un
diario en el que cuenta diferentes vivencias que la hacen ratificarse en su
decisión. Cuando el señor Ozu, un nuevo vecino, llega al edificio todo cambia:
la relación entre la señora Michel y Paloma, sus sentimientos y también su
concepción de la sociedad que las rodea.
Desde mi punto de vista, es una novela magnífica con una
lectura muy ágil. La autora consigue que se le coja cariño a las protagonistas,
y a su manera de ver el mundo, desde las primeras hojas. A pesar de que en
ocasiones utilizan un vocabulario complejo (demasiado filosófico, diría yo), no
molesta en absoluto puesto que se empatiza mucho con ellas. Precisamente esas
características en su discurso son las que le dan a la novela los toques de
humor y sarcasmo que la convierten en una historia bastante divertida.
En esta edición de Círculo de lectores, cedida por la editorial Seix
Barral, la novela está presentada en tapa dura con una sobrecubierta en la que
aparece la ilustración de la portada en tonos rosados y lilas: la imagen de una
niña (que suponemos que es Paloma) con mariposas revoloteando a su alrededor y
la torre Eiffel de fondo. En cuanto a la estructura de la novela, está
compuesta por un índice al principio del libro y por cuatro partes principales
que, a su vez, contienen unos capítulos narrados por la señora Michel y otros
narrados por Paloma. Hay que destacar que no siguen un esquema alternado, es
decir, a veces aparecen tres capítulos seguidos de la señora Michel seguidos de
uno de Paloma y viceversa. Aunque las dos narradoras utilizan la primera
persona, es fácil distinguir a quién pertenece cada capítulo, puesto que
aparecen con una tipografía diferente y, además, el estilo y el vocabulario que
emplea cada una es muy distinto.
Como se ha dicho
antes, la obra original se llegó a editar hasta treinta veces. En el caso de
España, se publicó en 2007 por Seix Barral y por Círculo de lectores.
Posteriormente, el sello editorial Booket volvió a publicarla, esta vez en un
formato de bolsillo, en el año 2010, junto con una segunda edición en 2011 y
una tercera en 2015. A pesar de que se ha publicado con tres editoriales
distintas, dos de ellas pertenecen al grupo editorial Planeta, por lo que los
derechos tanto del original como de la traducción quedan en casa. Así pues, la
traducción al español siempre ha ido de la mano de Isabel González-Gallarza.
Esta traductora y correctora traslada textos del francés y el italiano para
numerosas editoriales en español. Lleva en el oficio desde 1996 y ha traducido
obras como Al mal tiempo, mejor cara
(Barbara Constantine, 2013); Entre tonos
de gris (Ruta Sepetys, 2015); La mujer del espejo (Éric-Emmanuel Schmitt,
2013); o La segunda profecía (Suzanne
Collins, 2011). Personalmente, no manejo el francés como para juzgar una
traducción, pero sí se reconocer un texto coherente y bien redactado. En
algunos fragmentos de la obra original las frases tienen más ritmo en español,
sin embargo, la traductora ha sabido transmitir muy bien el pensamiento de las
protagonistas, el vocabulario complejo, ese tono psicológico y a la vez
sarcástico, así como su manera de expresarse y los contrastes entre ambas. Me
quedo con una frase, dicha por Paloma, que me ha marcado profundamente y que
refleja cómo Isabel González-Gallarza ha conseguido trasladar el verdadero
espíritu de esta novela: «La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero
termina como peces de colores en una pecera».
H. P. Lovecraft, El Caso de Charles Dexter Ward; traducción de Benjamin Briggent, Barcelona, Plutón, 2016, (Colección Misterio), 160 pp., ISBN 978-84-945104-0-3
Imagen: Plutón Ediciones
Dentro del género literario de terror, el autor H. P. Lovecraft (Providence, 1890-1937) es ampliamente conocido por su innovación a la hora de escribir este tipo de novelas. Al introducir temas como la ciencia ficción o el ocultismo y dejar de lado a los clásicos fantasmas, se convirtió en lo que podríamos llamar un pionero en la creación de relatos de misterio de este subgénero literario. Precisamente el libro que se va a comentar aquí, se caracteriza por tener como tema principal el ocultismo. Se trata de una novela corta y es conocida por ser una de las principales obras del autor. Se conoce que Lovecraft la escribió entre 1927 y 1928.
La obra cuenta como el joven Charles, de buena familia y un apasionado de la historia antigua, se obsesiona hasta rozar la locura con un antepasado suyo, Joseph Curwen; dicho personaje tenía bastante mala fama en su época, por estar relacionado con temas oscuros de alquimia, ritos e invocaciones. Además, durante toda la narración se hacen numerosas alusiones a lo que ocurrió con las brujas de Salem en 1692, acontecimiento con el que también se vincula a dicho personaje. Cuando el protagonista descubre su parentesco con Joseph Curwen, quiere saber cada vez más sobre su historia, hasta tal punto que decide continuar con las oscuras y peligrosas investigaciones del mismo. El narrador de la historia utiliza las investigaciones del doctor Willet, el médico que trata la enfermedad mental de Charles, para contar desde el principio los distintos sucesos que han llevado al protagonista a la situación actual en la que se encuentra. La historia se sitúa en 1918, en Providence, la propia ciudad del autor y que aparece como escenario en otras obras suyas.
Esta nueva edición de El Caso de Charles Dexter Ward, publicada en 2016 por Plutón Ediciones, dentro de su colección Misterio, es de tapa blanda y un tamaño bastante cómodo y manejable. La cubierta sigue la línea del resto de libros que se incluyen en la colección: oscura e inquietante, con una imagen que contiene algunos símbolos y palabras incomprensibles, relacionados con el tema del ocultismo. Hay que destacar que en la portada, junto con el título del libro y el nombre del autor, aparece también el nombre del traductor en un tamaño bastante decente, lo cual constituye un punto positivo para esta editorial. Además, cuenta con un estudio preliminar en el que se informa sobre la trayectoria vital y profesional del autor, y en el que también se contextualiza la obra. Esta explicación previa permite poner al lector en situación y hace que pueda comprender mejor la obra que está a punto de leerse.
En cuanto a la estructura,
tal y como se indica en el índice (situado al final del libro), la obra se
compone de cinco partes, cada una de ellas divididas, a su vez, en varios
puntos que cumplen la función de capítulos. La primera parte, compuesta por dos
puntos, informa al lector de la desaparición de Charles Dexter Ward de un
psiquiátrico y revela los datos principales de la vida del protagonista. Las
cuatro partes restantes, se componen de seis partes cada una, a excepción de la
última, que cuenta con siete. En ellas se cuenta la historia de cómo llegó
Charles a volverse loco, entremezclando así la línea temporal de la primera
parte con numerosos saltos al pasado que explican las causas de las diferentes
intrigas que se presentan a lo largo del libro. La segunda y la tercera parte
funcionan como una contextualización de la vida de Charles y de cómo descubre
su relación familiar con Joseph Curwen. La cuarta parte constituye el núcleo
del argumento de la novela, puesto que contiene el culmen de la intriga
principal y a partir de la cual se van solventando todas las situaciones de
suspense que aparecen en el libro. Aunque la quinta y última parte constituya
el desenlace, es necesario señalar que el autor es capaz de mantener el misterio
desde la primera hasta las últimas páginas y consigue prolongar en el lector
esa sensación de intranquilidad y desconcierto que caracteriza a las novelas de
este género literario.
Como hemos dicho al
principio, Lovecraft constituye un clásico en la novela de terror y misterio,
por lo tanto eso supone un motivo por el que sus obras se han traducido
innumerables veces. Además, el hecho de que en el año 2007 se cumplieran
setenta años de su muerte, facilitó que sus derechos quedaran libres para que
las editoriales tuvieran licencia para disponer de sus relatos con total
libertad. La consecuencia directa de lo anterior, es que existen hasta ocho
traducciones de El Caso de Charles Dexter
Ward en el mercado español, contando
con esta que se está analizando aquí. La primera traducción se publicó en 1971,
con varias ediciones posteriores que contienen las traducciones del mismo
traductor, pero revisadas. A partir de 2007, comenzaron a aparecer traducciones
de distintos traductores, publicadas por diferentes editoriales que no querían
dejar pasar la oportunidad de tener a H. P. Lovecraft en su catálogo.
Así llegamos hasta esta edición, de 2016, que viene de la mano del traductor Benjamin Briggent. Dicho traductor también ha trabajado en las versiones al español de obras como El retrato de Dorian Gray (2010), de Oscar Wilde, o El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (2010), de Robert Louis Stevenson, ambas para la editorial Plutón. El estilo de Lovecraft se caracteriza por estar plagado de palabras complejas y de muchos adjetivos, uno de los aspectos por el que lo critican los que no simpatizan con sus obras. También es necesario señalar que el autor añade numerosas y precisas descripciones, sobre todo de los distintos escenarios de Providence. Asimismo, en este caso concreto el narrador se basa en los datos de un médico, lo cual promueve aún más el uso de palabras técnicas a las que se le suma que la novela está ambientada a principios del siglo pasado. Teniendo en cuenta estos rasgos, hay que reconocer que Benjamin Briggent mantiene en todo momento el estilo propio del autor y consigue trasladar tanto el tono recargado, como las estructuras compuestas. Buenos ejemplos de lo anterior son los siguientes fragmentos, extraídos directamente de la traducción de Briggent: «[…] un mar de tejados y cúpulas y colinas lejanas que una tarde de invierno contemplara desde aquella terraza y que se destacaba, violento y místico, contra una puesta de sol febril y apocalíptica llena de rojos, de dorados, de púrpuras y de extrañas tonalidades de verde» (p. 12); «[…] a partir de aquella fecha asumieron diversos tonos, cubriendo rangos desde leves zumbidos aceptables a explosiones de furor frenético, ávidos jadeos y gritos de protesta proferidos en diversos idiomas» (p. 33). Como se puede observar, en todo momento se conserva ese estilo barroco y abarrotado de adjetivos que caracteriza a Lovecraft.
La pregunta que le pone el
broche final a esta reseña podría ser: ¿son necesarias tantas traducciones
diferentes de una misma obra? En el caso concreto de esta novela, la respuesta
es afirmativa. Aunque no sea necesario renovar la traducción cada dos años
porque los términos que se hayan utilizado se queden obsoletos, El Caso de Charles Dexter Ward es un
clásico del género literario de terror. Por lo tanto, si el mercado literario
español nos ofrece la posibilidad (que no sucede todos los días) de poder
comparar y elegir qué versión nos gusta más o nos parece más completa, no hay
nada que se le pueda reprochar a todas las editoriales que han decidido tenerlo
en su catálogo. Es un libro que se puede leer rápido, a pesar de tener un
estilo narrativo bastante complicado en algunos casos, y contiene la dosis
necesaria de intriga y misterio que ayuda al lector a salirse de su propia
rutina. Así pues, esta novela debería ser lectura obligatoria para todos los
amantes de Lovecraft y de las novelas de terror en general.